Tras varios años de reclamo por parte de organizaciones de la sociedad civil que luchan en la prevención de accidentes viales, se sancionó este jueves en el Congreso la ley de alcohol cero por amplia mayoría. El debate en el Senado concluyó con una votación con 48 votos a favor y 9 en contra.
Los rechazos fueron de los senadores mendocinos por la oposición, Alfredo Cornejo y Mariana Juri (UCR-JxC), y de los sanjuaninos Cristina López Valverde, Rubén Uñac (FNyP-FdT) y Roberto Basualdo (PyT-JxC), representantes de provincias vitivinícolas, sector que se manifestó en contra de la norma.
También votaron negativamente Alfredo de Angeli (Pro-JxC), Julio Martínez (UCR-JxC), Juan Carlos Romero (CF-JxC) y Dionisio Scarpin (UCR-JxC).
El proyecto había sido aprobado en la Cámara de Diputados en noviembre del año pasado, también por una holgada mayoría, luego de haberse consensuado entre iniciativas de distintos bloques.
Hace dos semanas atrás, la ley había quedado sin poder tratarse, cuando se cayó el quórum en medio de un escándalo, y los familiares de víctimas presentes lamentaban con reclamos desde los palcos la salida del recinto de los senadores. Esta vez la historia fue otra.
En la previa de la sesión, el tema dividió aguas al interior de Juntos por el Cambio, ya que un grupo de legisladores presentó un propio pedido que incluía el tema. Finalmente, en Labor Parlamentaria los jefes de bloques acordaron su incorporación.
La flamante norma establece una modificación a la Ley 24.449 sobre alcoholemia cero para la conducción de vehículos. Puntualmente se reforma el artículo 48 de la Ley de Tránsito, la que hasta hoy contemplaba, para quienes conduzcan cualquier tipo de vehículo, una tolerancia de hasta 500 miligramos (0,5) de alcohol por litro de sangre.
A partir de la nueva ley, quedará prohibido conducir cualquier tipo de vehículos con una alcoholemia superior a 0 miligramos por litro de sangre en todo el territorio nacional. Actualmente, una docena de provincias argentinas y algunos municipios ya tienen una legislación en este sentido.
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El debate
Al abrir el debate como miembro informante, la senadora Teresa González (FNyP-FdT) aseguró que “este proyecto nos atraviesa a todos y todas como comunidad”. “Es un proyecto de ley de un solo artículo, pero es un artículo que cambia y modifica absolutamente el presente y futuro de miles y miles de familias”, continuó.
La presidenta de la Comisión de Infraestructura, Vivienda y Transporte destacó la lucha de los familiares de víctimas: “Han hecho de su dolor y de su pérdida un proceso de gestión por amor a los que ya no están. Durante más de 20 años han venido batallando, luchando y militando en todos los espacios posibles este proyecto de ley”.
Al recordar que la ley de alcohol cero ya existe en varios países de América y Europa, la formoseña resaltó que “somos el tercer país en América del Sur con un alto índice de consumo de alcohol”. Sin embargo, “no estamos hablando de una ley seca”, aclaró y expresó: “Estamos hablando de que el que beba no conduzca. Estamos hablando de la responsabilidad ciudadana y de un cambio de cultura que nos incluya a todos y todas. Estamos hablando de cuidar la vida del otro”.
A continuación, el jujeño Mario Fiad (UCR-JxC) destacó que “Jujuy fue una de las primeras en implementar la tolerancia cero de alcohol al volante” y de acuerdo a las estadísticas de los primeros cuatro años de implementada la ley, hubo “un 75% menos en los decesos que se produjeron”. “Pero como toda sanción de una ley no alcanza, la implementación fue también acompañada por operativos de control y campañas de concientización en el uso de los elementos de seguridad”, subrayó.
“No podemos abordar la seguridad vial como un problema aislado, sino que debemos considerar su impacto en la salud de las personas y en la sociedad en su conjunto. Hoy estamos dando un gran paso. No nos podemos quedar con esto, hay muchas otras acciones en seguridad vial que tenemos que llevar adelante”, amplió el radical.
Durante la discusión, el senador Dionisio Scarpin (UCR-JxC) recordó el trabajo que realizó sobre la temática como funcionario en su provincia y señaló que hay cuatro cosas que son fundamentales para prevenir y evitar accidentes por alcoholemia: “La concientización permanente, general, abarcativa y masiva en todos los medios de comunicación; la educación obligatoria en las escuelas en todos los niveles de manera gradual y sistemática; una legislación uniforme; y los controles masivos”.
Pero, salvo excepciones en algunos municipios o provincias, “estas cuatro cosas son deficientes en toda la Argentina, y no se trabaja cómo se debe trabajar”, resaltó el santafesino, que dijo que más allá del número en la graduación “lo importante es el control, lo han demostrado todos los países que han trabajado bien esto”. “La ley no soluciona nada, lo que soluciona es la acción, y ese el eterno problema en Argentina”, afirmó al anticipar su postura: “Voy a votar en contra para que esto no sea una cortina de humo; sino para que realmente se trabaje a conciencia”.
También en contra del proyecto, la mendocina Mariana Juri (UCR-JxC) manifestó: “Lamento profundamente que el Senado se esté perdiendo una oportunidad para evitar las muertes en Argentina. Y la contracara de eso tiene que estamos atentando contra las fuentes laborales de miles y miles de argentinos en un momento tan crítico como es el que está viviendo el país”.
“Es una ley que no está tomando ni una sola recomendación de todas las recomendaciones que todos los especialistas del mundo han dado para bajar la siniestralidad”, observó y enumeró lo que considera tiene como falencias la iniciativa: “No hay endurecimiento de penas con aumentos de mínimos y máximas; no elimina la atribución que tienen los jueces de cambiar pena de prisión por trabajo comunitario; no tiene campañas de concientización tempranas y efectivas; no establece mecanismos de control; no prevé mecanismos de inhabilitación temporaria o permanente para quien infringe la norma; no contempla penas adicionales; no elimina atenuantes a la conducta del infractor”.
En el tramo final, el presidente del bloque radical, Luis Naidenoff (UCR-JxC), se mostró a favor, pero sostuvo que “esta ley es necesaria como medida ejemplificadora, pero para el Estado, que no se hace cargo de nada” como “de las autopistas” y también respecto a las adicciones. “La principal adicción en Argentina es el alcoholismo”, advirtió y añadió que “el Estado no da respuestas ni para el tratamiento, ni tampoco hay ámbitos de contención”. “Hoy vamos a dar este paso”, ponderó, pero pronosticó que no tendrá efecto si no hay “controles, especialización, policía de tránsito” y una decisión de “terminar con el estado desastroso de las rutas argentinas”.
Contrapunto de mendocinos
Con una conocida postura en contra de la ley, el jefe del interbloque Juntos por el Cambio, Alfredo Cornejo (UCR-JxC), confesó que él tuvo un familiar fallecido como consecuencia de un vehículo manejado por alguien alcoholizado, al mismo tiempo que su abuelo “fue contratista de viñas toda su vida”. “El argumento de que esto resuelve el problema se cae por su propio peso”, opinó y rechazó el argumento de que “no afecta a la producción”.
“La baja del consumo son menos hectáreas de producción y menos empleo”, apuntó el candidato a gobernador de Mendoza y agregó que “el consumo de vino viene bajando en Argentina de manera estrepitosa”.
El legislador aclaró que “nadie es insensible a los accidentes de tránsito y mucho menos a las muertes. Por eso parto de la buena fe de la deliberación pública”. No obstante, llamó a preguntarse si la ley de un solo artículo “es realmente útil” cuando “prácticamente no hay control en las rutas nacionales hace muchísimas décadas”.
En su discurso, el radical cuestionó “la acusación del lobby vitivinícola”, porque son un sector que “tienen tanto derecho (a opinar) en una democracia como todo el resto. Es una producción legal, legítima, súper eslabonada. Muchas veces muy familiar, muchas veces muy popular”.
“Acá lo que no hay es una política integral”, reclamó y dijo que “la solución (a los accidentes) es control, control y control”. “Con la ley que estamos sancionando se busca un resultado que puede ser solo cosmético”, sentenció.
Del otro lado de la vereda, la vicejefa de interbloque oficialista, Anabel Fernández Sagasti (UC-FdT), disparó: “No puedo aceptar escuchar que esta es una ley demagógica, cuando quienes dicen eso han construido toda su carrera política con demagogia punitiva”.
Luego de destacar el trabajo de las organizaciones de los familiares de víctimas, que “a pesar del dolor quieren construir un lugar más seguro para quienes quedamos en este plano de la tierra”, la camporista aclaró que “nadie cree que con esto se va a solucionar y a partir de mañana no va a haber más accidentes por alcoholizados al volante. Es llevar la discusión a algo vil, sin sentido y falso”.
Sin embargo, la senadora enfatizó que “a través de esta ley se ha decidido impulsar un cambio cultural que va a costar, pero que tiene una consigna clara y contundente: si tomaste alcohol, no manejes”. Y esta norma “no invalida otras acciones” como el control de rutas o el aumento de penas, sobre el cual presentó un proyecto, recordó.
“Nunca van a alcanzar las acciones que podamos hacer desde el Estado, las organizaciones e individualmente para combatir este flagelo”, sostuvo Fernández Sagasti y luego apuntó contra el radicalismo mendocino, al revelar que por radio el gobernador Rodolfo Suárez y sus pares Cornejo y Juri “le pidieron a esta senadora que frene esta ley, que porque yo soy cercana a usted señora presidenta, tenía poder para parar esta ley”. Entonces, rechazó la “actitud totalmente mezquina”.
La legisladora remarcó que “no hay un solo indicador de un país o una provincia que haya impuesto alcohol cero que nos diga que esta ley va a bajar el consumo de vino”. “Están llevando a la industria vitivinícola, insignia de la provincia de Mendoza, que produce la bebida nacional” a ponerse “en contra de una ley que trata de salvar vidas”, reprochó.
“Esta ley promueve un cambio de conductas y salir del falso concepto del autocontrol”, expresó Fernández Sagasti y concluyó: “Esta ley tiende a hacernos conscientes que cuando nos subimos a un auto tenemos que cuidarnos a nosotros, a la familia que llevamos, pero también al prójimo”.
(Parlamentario.com)