Esta semana, la modelo y conductora Sofía «Jujuy» Jiménez protagonizó la campaña de una marca de tampones, logrando poner en agenda la menstruación como un acto biológico y natural que atraviesan las mujeres.
“Andrés”, “me vino”, “estoy indispuesta” son algunas de las maneras en que durante años nos referimos a la menstruación, incluyendo cientos de mitos y tabúes que hasta consideran la posibilidad de “volvernos locas”.
En Posadas, en Misiones y en toda Argentina somos más mujeres que varones y hablar de menstruación sigue siendo un tabú pese a que lo vivamos más de la mitad de la población. Sin embargo, lo preocupante es que este tabú afecte la calidad de vida de las mujeres y, sobre todo, de las niñas.
Un estudio de Unicef identificó cuatro problemas fundamentales que atraviesan las mujeres en etapa escolar: falta de información, sentimientos de vergüenza, violencia y bullying de parte de sus compañeros de clase, e inadecuados servicios higiénicos. Esto origina que las adolescentes vivan la menstruación con miedo y vergüenza, faltando a la escuela los primeros días de su periodo y cuando asisten tratan de pasar desapercibidas, se retraen y no participan en las actividades deportivas y recreativas.
Entonces, el problema que atravesamos las personas menstruantes no sólo es mancharnos, sino bajar nuestra calidad de vida por la falta de insumos de gestión menstrual, información y un abordaje integral de la temática. Por ello, consideramos que rol del Estado es poder facilitar herramientas para las personas con el objetivo de que no impacte en su higiene y, por supuesto, tampoco en su salud.
En ese sentido, nuevamente las políticas provinciales en Misiones se encuentran a la vanguardia por su perspectiva de género, siendo una de las pocas provincias en abordar la menstruación como una cuestión no solo biológica, sino política.
Desde la Legislatura provincial, el presidente, Carlos Eduardo Rovira y en conjunto a mis colegas Laura Duarte y Anazul Centeno, presentamos un proyecto de Ley para proveer insumos gratuitos de gestión menstrual en CAPS, escuelas e instituciones públicas, ya que el factor económico y la imposibilidad de asumir un gasto mensual para la compra de toallitas y tampones es uno de los principales factores de desigualdad.
Además, desde el gobierno provincial se encuentra en vigencia el Ahora Mujer, que como todos los programas “Ahora” busca aliviar el impacto económica en compras -en este caso de las mujeres- que, coincidentemente, son las que menos ingreso tienen.
Asimismo, desde nuestro espacio político del Frente Renovador, impulsamos el Programa Provincial de Gestión Menstrual, que informa y capacita sobre el derecho a la gestión menstrual, colaborando con la entrega de copas menstruales que son económicas, seguras y amigables con el ambiente.
Las políticas públicas están dadas, ahora nos falta seguir militándolas para que cada niño, niña, hombre y mujer desde lo cultural conozcan y puedan hablar de la menstruación sin prejuicios.
Finalmente, se me hace imposible dejar de mencionar que hablar de salud menstrual es visibilizar dos derechos que deben alcanzar a todas y todos los ciudadanos: el acceso al agua potable -un elemento esencial para la higiene- y la educación sexual integral. Por eso, ambos ejes son mis prioridades para trabajar en este nuevo desafío de proyectar una ciudad más justa, integrada y de calidad.