En el marco de la reciente sanción de la Ley que contempla la creación del Registro Provincial de Patologías Derivadas de la Contaminación Ambiental y el Cambio Climático, el Hospital Escuela de Agudos “Dr. Ramón Madariaga” resalta la importancia de esta Ley tanto para la prevención como para la atención de patologías, acentuando las afecciones respiratorias y dérmicas.
La Ley tiene como objetivo relevar, recopilar, clasificar y archivar con fines estadísticos, científicos y educativos la información de pacientes que presenten patologías derivadas o que sean consecuencia de la contaminación ambiental y el cambio climático.
Por lo que, la Neumonóloga del Hospital Escuela, doctora Susana Azcona, resaltó “al contar con un registro de las enfermedades respiratorias relacionadas con el cambio climático y la contaminación es posible abordar más las cuestiones de prevención y los tratamientos”.
A ello, agregó que “la contaminación ambiental tiene un impacto muy importante en lo que es la salud respiratoria, afectando el desarrollo de los pulmones, perjudicando la salud desde lo intrauterino hasta la vida adulta”. También señaló que agrava cuadros de patologías existentes tales como el asma y la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica EPOC, “a con mayor contaminación interna ( dentro de la casa) o ambientales, se agudizan las exacerbaciones de esas enfermedades, acentuando la pérdida de la función pulmonar, lo que afecta calidad de vida de las personas”.
Por su parte, la dermatóloga del Hospital Escuela, doctora María José Corsi, afirmó que la piel es el órgano más grande que tenemos, es la primera barrera de defensa ante los cambios ambientales y la contaminación”.
Asimismo, precisó que “los cambios ambientales son por lo general los que mayormente influyen en la barrea cutánea, por lo que pueden aparecer eccemas, dermatitis atópicas, lesiones que no se curan, que pican, que se infectan y conllevan a lo que son las infecciones de piel o piodermitis”.
Finalmente, recomendó, “hay que tener en cuenta los cuidados, como ser el uso de factor solar, la utilización de cremas o emolientes correspondientes, realizar baños cortos con agua tibia, no muy caliente, para evitar el resecamiento de la piel”.