La relación entre el medioambiente y la salud mental es un tema de creciente interés en la psicología. En el segmento de Ambiente, Sociedad y Sustentabilidad, la abogada Sonia Weisheim, charló con Gastón López, psicólogo clínico y magíster en terapias contextuales, y analizaron cómo las condiciones ambientales, en particular el aumento de la temperatura, afectan la salud mental y el comportamiento de las personas.
Desde un enfoque psicológico, el impacto del ambiente en la salud mental puede abordarse desde diversas perspectivas. “Cuando queremos estudiar cómo el medioambiente nos influye, hay muchas perspectivas, y no está muy claro desde dónde lo vamos a ver. Hay enfoques más cognitivos, donde los pensamientos influyen en nuestras emociones y conductas, o perspectivas neurológicas sobre cómo nos afecta”, explicó López. Sin embargo, las terapias contextuales, que examinan cómo el entorno contribuye al desarrollo de trastornos emocionales, son particularmente relevantes en este contexto.
López señaló que el aumento de la temperatura y los cambios climáticos han impactado de manera directa la calidad de vida. “Cuando la temperatura sube, se pierde la calidad del sueño, y sabemos que los trastornos del sueño afectan de manera significativa el estado de ánimo, pudiendo provocar ansiedad y depresión. La falta de descanso adecuado lleva a una menor calidad de vida y un mayor riesgo de trastornos emocionales”, detalló. Además, destaca que el calor puede llevar a las personas a aislarse, reduciendo actividades recreativas y sociales y, por lo tanto, aumentando el riesgo de problemas emocionales.
El especialista añadió que, en las terapias conductuales, se considera que los entornos más agresivos tienden a desarrollar patologías emocionales como depresión y ansiedad. “Cuando el entorno se vuelve más agresivo, tendemos a desarrollar patologías como la depresión y la ansiedad. El calor, al limitar nuestras actividades, crea un entorno más propicio para estas condiciones”, afirmó López. Esta observación refuerza la idea de que los cambios ambientales influyen en la manera en que nos relacionamos y en nuestro bienestar emocional.
Por último, López enfatizó la necesidad de considerar la interconexión entre salud mental y entorno: “Cuidar la salud mental y el entorno no son cosas separadas. Nosotros somos organismos que interactúan con el ambiente, y si este cambia, las personas también lo hacen”.