El Fondo Monetario le reconoció al Gobierno que en en el primer cuatrimestre pudo completar casi dos tercios del ajuste que necesita para eliminar el déficit en el primer año de mandato, pero advirtió que el equipo económico deberá apoyarse en lo sucesivo en las subas de impuestos incluidas en el paquete fiscal para mejorar la “calidad” del recorte del rojo fiscal.
El organismo recalculó a la baja cuál es la meta de las cuentas públicas que tendrá que cumplir el Gobierno para permanecer dentro de los objetivos del programa vigente. Así, mientras en la revisión anterior esperaba un superávit equivalente a 2 puntos del PBI, ahora esa meta fue reducida a 1,7 puntos. Para llegar a ese punto, la Casa Rosada necesitaría 5% del Producto Bruto Interno de ajuste.
De ese total, calculó el FMI, el Gobierno consiguió casi dos tercios, algo que estuvo “respaldado por medidas de ingresos y, lo que es más importante, recortes de gastos discrecionales”, planteó el organismo. Para ponerlo en números: el progreso parcial del ajuste estuvo explicado en una recaudación más alta de lo esperado (1,1% del PBI contra 0,8% a principios de año) por impuesto PAIS y podas en subsidios (0,6%) y gastos de capital (0,8 por ciento). Hacia adelante, el Fondo le recomendó al equipo económico cambiar el “perfil” de ese ajuste.
“Para salvaguardar el ajuste planificado contra los riesgos para los ingresos derivados de la contracción de la actividad y de los precios de exportación de productos básicos menos favorables y garantizar una distribución adecuada de la carga, se espera que la política se base más en medidas estructurales de mayor calidad. Si bien el ajuste es grande según los estándares históricos y de los países, los episodios de estabilización exitosos a menudo han estado asociados con una consolidación fiscal de magnitudes similares”, advirtieron los técnicos del organismo.
El paquete fiscal “contiene algunas medidas de alta calidad para aumentar los ingresos este año”, continuó el Fondo Monetario. En ese sentido, calificó como “vital” la recomposición de la cuarta categoría del impuesto a las Ganancias que está incluida en el paquete fiscal, una medida que no consiguió el aval del Senado pero que, se espera, el Poder Ejecutivo buscará ratificar en Diputados. “Debería incorporar alrededor del diez por ciento de los trabajadores del sector formal al régimen” de Ganancias, consideró el organismo.
“El paquete también incluye una reducción gradual de los impuestos sobre los activos personales (Bienes Personales) con una opción de distribución anticipada; y una mejor cobertura de los impuestos selectivos al tabaco. Los mayores ingresos esperados del IVA asociados con los ajustes planificados de las tarifas de energía añaden otro elemento de ajuste de alta calidad”, describieron los técnicos del Fondo.
En ese plano, el FMI cree que el paquete fiscal le dará al Gobierno un 0,6% del PBI de aporte al ajuste fiscal total. Con eso, “las autoridades estarían en camino de cumplir su plan fiscal para 2024″, anticipó Washington. Un número hasta ahora desconocido es cuánto espera el Gobierno recaudar por la vía del impuesto especial por el blanqueo de capitales. Será, se espera, un 0,3% del PBI, aunque el FMI prefirió no incluirlo en su escenario de base.
Pero también marcaron que en los próximos dos meses, de acuerdo a la dinámica parlamentaria, Economía debería plantear un plan para bajar gastos tributarios -es decir, impuestos que el Estado deja de recaudar por esquemas tributarios diferenciales- para “eliminar otras tasas impositivas reducidas que benefician a regiones o sectores específicos”.
El organismo calificó como “notable” al ajuste de los primeros meses de mandato del gobierno libertario, con un recorte de 26% del gasto en términos reales y una caída de los ingresos de 8% real, lo que dio como resultado un superávit de 0,2% del PBI en el primer cuatrimestre. “Por el lado de los ingresos, los mayores impuestos especiales sobre el combustible, los ingresos por exportaciones y los impuestos temporales sobre el acceso a divisas para las importaciones (impuesto PAIS) están ayudando a compensar parcialmente las caídas reales en los impuestos internos”, dijeron los técnicos.
“Los recortes de gastos se han realizado a través de medidas bajo el control del Ejecutivo, que incluyen: recortes discrecionales en el gasto de capital y transferencias a empresas estatales y provincias, lo que ha obligado a realizar ajustes en todas estas entidades; aumentos de tarifas de energía, transporte y agua; límites a los aumentos salariales públicos; y la gestión más estricta de las entidades públicas descentralizadas”, enumeró.
La octava revisión reajustó algunos números en el esquema de metas. En términos fiscales, por caso, la exigencia de superávit primario es mucho más marcado que en el informe trimestral anterior. En números: hasta fines de marzo el Gobierno necesitaba mostrar $962.000 millones de excedente primario y terminó con 3,8 billones de pesos.
Para fin de este mes, hasta el staff report anterior esperaba $1,9 billones de superávit primario y ese número fue elevado a $4,6 billones. Como referencia, hasta abril la Secretaría de Hacienda ya acumulaba $4,1 billones. Y para el tercer trimestre, la última meta del programa vigente, el excedente esperado por el FMI pasó de ser $2,8 billones a casi $7,7 billones.
El Gobierno, en un apartado en que da su visión propia sobre lo discutido con el staff, aseguró que ante un escenario de posibles demoras parlamentarias para aprobar el paquete fiscal y otras iniciativas, su plan B incluiría recortes más marcados en algunas áreas. “Si bien continuamos trabajando con el Congreso para generar consenso para las reformas necesarias, podrían surgir más retrasos en la aprobación final de nuestra legislación fiscal y de reformas”, planteó.
“En este contexto aún incierto, continuaremos adaptando nuestras políticas económicas a las circunstancias cambiantes para garantizar que se cumplan los objetivos de nuestro programa. Estamos firmemente comprometidos a salvaguardar nuestra credibilidad política ganada con tanto esfuerzo, establecida a través de nuestro ancla fiscal inquebrantable y nuestro ambicioso objetivo de acumulación de reservas”, dijo el equipo económico y anticipó que si esos riesgos se materializan adoptarán medidas.
Entre ellas, en lo fiscal, buscarían “implementar medidas para fortalecer y ampliar los impuestos especiales, particularmente sobre los combustibles; acelerar la reducción del gasto en subsidios tanto en energía como en transporte; racionalizar aún más las transferencias a las provincias y las empresas estatales; y mejorar aún más la administración tributaria y los controles del gasto”, dijo el Ministerio de Economía. (Infobae.com)