El Comedor Rayito de Sol, enfrenta una creciente necesidad de voluntarios que acompañen a los niños con actividades recreativas y educativas. Aunque el espacio sigue funcionando gracias al esfuerzo de su equipo, la falta de personas que puedan colaborar limita las oportunidades de contención y aprendizaje para los más pequeños.
«Siempre invito a personas que se quieran acercar al comedor o merendero a interactuar con los chicos, a hacer actividades de lectura o juegos», explicó Rebeca Gauto, responsable del espacio. Sin embargo, la convocatoria no ha logrado sumar suficientes voluntarios para sostener estas iniciativas de forma constante.
El comedor asiste a 50 niños, quienes además de alimentos necesitan espacios de recreación y apoyo escolar. «En su momento los chicos tenían apoyo, pero eso se hace con lo que hay. Si no hay gente que pueda venir a ayudarnos, es muy difícil sostenerlo», agregó Gauto.
La falta de actividades organizadas afecta especialmente a los niños que pasan gran parte del día en la calle. «Lo que hace falta en todos los comedores es la contención. Hay que trabajar con los chicos, porque en la calle juntan vicios. Ponerles actividades es clave«, señaló.
El comedor funciona gracias al esfuerzo de su equipo y el apoyo de la comunidad, pero el trabajo es insuficiente sin más personas que se sumen. «No es solo darles la merienda, es acompañarlos, hablar con ellos, proponerles algo que los mantenga motivados», explicó Gauto.
Desde el comedor reiteran el llamado a quienes puedan colaborar. «Con que vengan a compartir un rato con los chicos ya es una gran ayuda», concluyó Gauto, subrayando la importancia de la participación comunitaria en el bienestar de los niños.