Entre agosto y diciembre de este año se llevó adelante la primera edición del Programa de Formación en Cine Comunitario, impulsado por el Instituto de Artes Audiovisuales de Misiones (IAAviM) a través del área de Producción Comunitaria, a cargo de Verónica Fulquet. Esta propuesta se dirigió tanto a organizaciones sociales y colectivos de asociación civil, como a agrupaciones de jóvenes, buscando así ampliar el fortalecimiento y fomento del cine comunitario en la provincia.

En este marco, se realizaron ocho talleres en las localidades de Posadas, Oberá, Apóstoles, Eldorado, Puerto Piray, Puerto Libertad y Montecarlo, que trabajaron con grupos de jóvenes, comunidades indígenas, colectivos sociales y grupos en situación de vulnerabilidad. A partir del trabajo de talleristas y equipos territoriales, cada grupo desarrolló procesos creativos propios, anclados en las realidades locales y en la exploración del lenguaje audiovisual como herramienta de identidad, expresión y transformación.
Los talleres: territorio y comunidad
En Montecarlo, Enoe Moya, desde la Dirección de Cultura local y en articulación con instituciones vinculadas a juventudes, acompañó a un grupo de adolescentes en sus primeros pasos en el lenguaje audiovisual explorando géneros como el terror, el suspenso y el documental.
En otros espacios, el cine se vuelve una herramienta para recuperar memorias y defender el territorio.
Es lo que sucede con el grupo de la comunidad mbya Andrés Guazurarí, en Puerto Libertad, donde jóvenes, niños/as y adultos/as trabajan una ficción que combina mitología, identidad y relatos sobre los procesos extractivistas. Evayan Behr, junto a compañeras del Colectivo Biodiversa, acompaña un proceso intergeneracional en el que los propios participantes experimentan con recursos técnicos y narrativos.
También hay experiencias donde el audiovisual habilita la reflexión sobre la vida cotidiana en contextos de encierro. En Eldorado, internos jóvenes de la Unidad Penal N° 3 construyeron de manera colectiva una ficción atravesada por tensiones, emociones y deseos de superación, guiados por Juan Errico. La distribución de roles y la escritura compartida del guion convierten al cine en un espacio de expresión y diálogo.

La adolescencia y el trabajo temprano aparecen como uno de los ejes en otro de los proyectos, desarrollado junto a jóvenes del barrio La Estación de Apóstoles. Acompañados por Darío Suárez, los participantes reflexionaron sobre la experiencia de estudiar de noche y trabajar durante el día, explorando cómo esas realidades impactan en sus vínculos, emociones y oportunidades, y buscando un lenguaje audiovisual que los represente.
En Oberá, el cruce entre universidad, murga y territorio da forma a una propuesta que indaga en la identidad territorial a través de la ficción. Estudiantes de la universidad y miembros de la Murga del Monte trabajaron con especial atención en la dirección de arte, recuperando símbolos del monte y referentes cotidianos, en un proceso coordinado por Alan Tarnowski.
El vínculo entre mujeres, territorio y lo sobrenatural atraviesa otro de los relatos, donde una historia de migración y violencia de género se enlaza con mitos del monte y paisajes ribereños. El grupo, acompañado por Ariel Almada desde la Dirección de Cultura de Puerto Piray, combinó investigación comunitaria, elección de locaciones y relatos locales.

En Posadas, dos proyectos proponen miradas complementarias sobre el territorio urbano. Por un lado, un documental que nace y se construye junto a varones en situación de calle, en un espacio de creación y acompañamiento coordinado por María Florencia Martínez, junto a un equipo interdisciplinario, donde el cine se vuelve herramienta para narrar la vida cotidiana, la vulnerabilidad y las formas de cuidado colectivo. El otro proyecto llevado adelante en la capital provincial es una ficción que se aleja de los estereotipos sobre la periferia y pone en primer plano los lazos comunitarios del barrio San Jorge, guiada por Gustavo Sánchez Pérez.
Acompañamiento a talleristas
Una instancia fundamental como parte del proceso de fortalecimiento técnico y metodológico del Programa, fueron las capacitaciones virtuales que recibieron las y los talleristas que estuvieron a cargo de acompañar a los grupos, a través del Programa Formador de Formadores. Estas instancias específicas de aprendizaje se realizaron paralelamente al desarrollo de cada uno de los talleres, lo que le permitió a cada coordinador poder fortalecer a sus grupos.
Una de las capacitaciones giró en torno a la Dirección de Arte, y fue brindada por el destacado realizador misionero Lucas Koziarski, donde conocieron distintas herramientas y reflexionaron acerca de la importancia de este rol no solo en la puesta en escena, si no también como elemento narrativo desde la concepción del proyecto.
También, guiados por el experimentado sonidista Nahuel Castillo, se capacitaron en Sonido Creativo para Cortometrajes y Audiovisuales, donde abordaron distintas herramientas para trabajar el sonido audiovisual tanto desde lo técnico como desde lo narrativo.
Estas capacitaciones pueden verse en el canal de Youtube del proyecto: https://www.youtube.com/@cinejovencomunitarioiaavim6170
Una provincia narrándose a través del cine comunitario
Estos ocho proyectos que germinaron con el Programa de Formación en Cine Comunitario, demuestran la potencia del audiovisual como herramienta de participación cultural y fortalecimiento territorial. Cada historia nace de los propios grupos, de sus experiencias y modos de ver el mundo, y se transforma en un proceso que articula formación, cuidado, identidad y creatividad.




