La semana que acaba de comenzar es la previa a una elección presidencial que incluye componentes no vistos hasta ahora y llevan a plantear la necesidad de defensa de la patria. Sí,de la patria, porque uno de los candidatos enarbola una ideología de corte “globalista” en el sentido de que requiere la destrucción de lo nacional. Una tarea que ciertamente no se logra de un día para otro, pero sí admite un socavamiento gradual, ya intentado en la dictadura militar y en los 90. Comienza con la economía y continúa con lo social y cultural.
Hoy puede observarse, por caso, que el candidato de La Libertad Avanza, Javier Milei da muestra de convencimientos y expresiones que remiten tanto a la dictadura como a la gestión de Carlos Menem, periodos en los que se destruyó, todo lo que se pudo, la producción y la industria nacional. El nuevo y desembozado componente actual es la descalificación de la gesta de Malvinas. Olvido intentado también y más recientemente en la gestión del presidente Mauricio Macri. Otro intento ya desembozado fue el pretender restar prestigio a los próceres nacionales, descalificando a José de San Martín, en las peroratas de los libertarios. Y logradas en la gestión macrista cuando se reemplazó a los próceres nacionales por animales de la fauna nacional.
El otro candidato Sergio Massa de Unión por la Patria (llamativa designación de la coalición) reivindica, en cambio, lo nacional: producción e industria; trabajo, educación, cultura y ciencia argentinos. Con el gran contrapeso del gobierno actual de la Nación y carga sobre sus espaldas el más alto índice de pobreza e indigencia, salarios depreciados, pero con paritarias que buscan ser paliativos para enfrentar una inflación extremadamente alta. No es su responsabilidad en forma directa, pero si lo es de modo indirecto. Es decir, forma parte del gobierno, aunque haya llegado solo hace unos meses para reencauzar un país que parecía ir a la deriva, y en ocasiones a punto de zozobrar.
Los aquí mencionados son solo algunos de los elementos salientes de esta contienda, pero no los únicos. Aunque quizás alcancen para entender todas las adhesiones y pronunciamientos en contra de Milei que se multiplicaron en las últimas semanas. A nivel nacional e internacional. Hay preocupación desde un Thomas Piketty, entre los 180 economistas que advierten sobre la debacle posible, la devastación de Argentina. Científicos, escritores, artistas, políticos de otras fuerzas partidarias. Ni qué hablar de las organizaciones de derechos humanos, mientras del lado de Milei se pronuncian en su favor desde quienes reivindican la sangrienta dictadura, hasta los que están encarcelados por cometer atroces delitos de lesa humanidad.
Este es el contexto complejo y desafiante en que se desenvolverán estos últimos días antes del crucial comicio. También una semana antes estuvo en Misiones, Sergio Massa, para una cuarta visita. En la que anunció la concreción de la Zona Especial Aduanera para una semana después de las elecciones y la constitución de una industria, con la mira puesta en América del Sur, que construya tecnología sobre la base de los pilares que fueron jalonando el camino hacia la economía del conocimiento de Misiones: la Escuela de Robótica, Polo Tecnológico, Silicon Misiones.
Acá en el encuentro renovador realizado como acto político, Carlos Rovira llamó a propios y ajenos a votar por la victoria para dejar atrás la grieta para siempre, volviendo a mostrar a Misiones como evidencia insoslayable de que es posible la convivencia social. Y habló de la aspiración de Misiones: “queremos producir, comerciar, fabricar con un esquema competitivo que solo se puede dar aquí por fabricar”. No dudó en llamar al actual tiempo bizarro, pero lo lanzó hacia adelante: también tiempo de desafío, como suele hacerlo.
De su lado el gobernador Oscar Herrera Ahuad dijo que a la construcción de la nueva Argentina que se propone, la de la unidad nacional, Misiones aportará ideas. “Vamos a aportar sobre todo ideas para un país para todos los argentinos”.
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— Jorge Kurrle (@jorgekurrle) November 12, 2023