El éxito que va teniendo el bioinsumo producido en Misiones, que ya es adoptado por unos 17 mil productores, con gran participación de quienes producen yerba mate se ha ido extendiendo igualmente en el sector tabacalero y este año ya estaría alcanzando a 12 mil plantadores.
“Estamos abarcando a todo el abanico productivo”, aseguró el director de Horticultura el ingeniero Eduardo Auras, del Ministerio del Agro y la Producción, en declaraciones periodísticas.
“El sector yerbatero, principalmente, vio un cambio del comportamiento en la planta, durante los últimos años”, explicó porque, por ejemplo, las plantaciones han tenido un mayor poder de recuperación ante climas hostiles como fue el caso de las últimas heladas del mes de julio.
Estos hechos que comportan una realidad incontrastable enfrenta al lobby puertista y de la oposición, en otras del glifosato, que no tienen respuestas ni alternativas para la agricultura sustentable, en la que está empeñada Misiones, en el marco de su política ambiental que le ha permitido presentarse al mercado internacional de los bonos de carbono.
Más aún, en la última reunión de gobernadores del Norte Grande con autoridades del BID Invst y el BID, Misiones mostró su potencial estratégico, incluyendo, entre otros, la riqueza ambiental. En la agenda del organismo inversor está incluido el cuidado ambiental, sencillamente porque es presente y futuro.
Además, ya el bioinsumo misionero se está vendiendo a otras provincias e inclusive a los países vecinos. Y ésa es la razón de ser de la campaña de prensa lanzada por el lobby del glifosato con el que adhirió el puertismo y la oposición, huérfanos como están de iniciativas que den respuestas a Misiones o que les permitan competir con el gobierno renovador que los viene derrotando en las urnas, elección tras elección.
No pudieron avanzar en la justicia federal en la que pensaron, equivocadamente, que podía prosperar información falsa, sin sustento. Y fue rechazada como corresponde.
Tampoco toleran la política llevada a cabo en Misiones, que siempre prioriza al destinatario. Porque la introducción del bioinsumo fue gradual y con capacitación a los agricultores. Así, junto con distribuir kits de fertilizantes, herbicidas y pesticidas orgánicos, se realizaron capacitaciones que generan instancias de diálogo, en una articulación público privada que caracteriza a la Provincia.
Por eso el consumo fue gradual y los mismos productores, que fueron aumentando sus requerimientos para extenderlo a todos sus cultivos, terminaron alentando a sus pares a emplear esta herramienta del nuevo tiempo productivo.
Es que los resultados que se están obteniendo llevan a ese mayor consumo: productividad por hectárea y por planta, tamaño de las hortalizas.
Bioinsumo misionero: lo emplean miles de productores y desespera al lobby del veneno (glifosato)https://t.co/qFsSXXayld pic.twitter.com/CYZ98trWd5
— Jorge Kurrle (@jorgekurrle) November 11, 2024