En momentos en que un grupo de padres -entre ellos algunos pertenecientes a la Policía de la Provincia- se encontraban con sus hijos en ambiente de agasajo en un salón comercial de la Chacra 149, de Posadas, llegaron hasta el lugar varias personas en estado alterado -según testigos- iniciándose una violenta discusión que derivó en el ataque de los desconocidos con piedras. Tras varios minutos llegó hasta el lugar una patrulla policial pero el móvil se alejó sin intervenir para poner fin a la gresca ni regresar.
De acuerdo con el relato de uno de los agredidos, integrante de la fuerza de seguridad, al acercarse al patrullero de la 12da no tuvo respuesta efectiva a su reclamo. «Les explico que nos estaban cascoteando y que por favor nos den una mano diciéndole que soy policía. La suboficial ni siquiera me miró, seguía mirando su celular y el sargento me dijo que iba hasta la Comisaría de la Mujer para volver con apoyo pero nunca volvió», relató.
Seguidamente, sostuvo que cuando el grupo de agresores se dio cuenta del «abandono» recrudeció el ataque con más integrantes hacia los asistentes a la reunión social donde también se encontraban niños.
«Nos llegaron a rodear, eran unos 10 o 12, con piedras. Yo ligué una pedrada. Tenía mi riñonera, mi pistola y como lo dije en la Comisaría, me sometía a todos los peritajes. Cuando nos vimos rodeados efectúo dos disparos a unos dos metros del que era instigador del grupo. Luego empezaron a llegar los móviles. Los agresores corrieron todos hacia el pasillo de la Chacra 149», comentó a través de un audio que difundió entre sus colegas y se volvió rápidamente viral.
El suboficial mayor agregó que todos fueron a la Comisaría, «padres, niños llorando, era un desastre». «Me da mucha pena, me falta un año para irme, quizás un poquito más y la verdad duele cuando somos tratados simplemente como un número. Estaban preocupados por lo que digan los demás, los vecinos, si alguno de los falopas (SIC) estaba herido y nadie me preguntó a mi cómo estaba, nadie le dio atención a los chicos. Estoy hablando de chicos de seis años a 14-15 años, nadie», lamentó.
«Yo sé que lo que hice está bien, no lesioné a nadie. Las personas que me conocen saben el tipo de policía que soy. Pensaba irme (de la fuerza policial) con mis 26 años (de servicio) tranquilo pero cuando uno viste un uniforme, uno es policía aún después de haberse retirado. Lo que hicieron estos camaradas no se hace, jamás se abandona a un compañero», sentenció.
El cuestionamiento hacia el proceder de colegas en el violento hecho ocurrido en la zona Oeste recibió el apoyo de otros integrantes de la fuerza de seguridad con rango superior.