(Por Ernesto Mattos) El sector yerbatero está en problemas. Por un lado, el precio. Por otro, la importación desde Brasil y Paraguay.
La salida de molino en abril de 2024 cayó un 30%, mientras en este mismo mes la yerba mate se estuvo vendiendo a $1.980 (medio kilo), en abril de 2023 su precio fue de $474, en diciembre de 2023 estuvo cercano a los $1.400. Esto está teniendo un fuerte impacto en el consumo si tenemos en consideración que los niveles inflacionarios siguen cercanos a los 300%, que tal vez este mes puedan bajar a 290% pero aún así muy pocas paritarias le pudieron ganar a este nivel de inflación.
Los pequeños productores vienen reclamando un valor por el kilo de la hoja verde de $505 a partir de abril que la industria nunca avaló. Por el contrario, se está pagando $370 desde finales de febrero, es decir, hace 60 días que los precios pagados no se mueven prácticamente; en cambio, ocurren los aumentos de nafta, peaje, los servicios y otros costos siguieron su rumbo ascendente.
En paralelo, ocurre otro gran boom de importaciones de yerba mate del Paraguay y de Brasil, otros de los reclamos de los pequeños productores, si bien el reclamo por hoja verde no cesa, está claro que pisar el precio a fuerza de importaciones y aumentar los costos, no es solo un impacto en la góndola sino en los productores que pierden márgenes de rentabilidad para sostener el negocio.
Hagamos un repaso de cómo viene la mano en este sector tan sensible a los argentinos. En los primeros 4 meses de 2024, por su parte, ya se registraron importaciones por más de 5.800 toneladas, lo que indicaría que el volumen importado sería superior al de 2023 y probablemente similar al promedio en 2020 y 2022. Cabe recordar que ese 2020 fue el año récord de importaciones, cuando se trajeron un total de 30 millones de kilos o el equivalente al 10% de la producción de la Argentina. Año de la pandemia.
Siguiendo con el análisis del boom de importaciones: en enero las importaciones de yerba fueron de 600.000 kilos, en febrero subieron a 1,39 millones de kilos y en marzo a 1,83 millones de kilos. ¿Importar no trae otros problemas? Los análisis demostraron que la yerba brasileña está pasada de metales pesados (por sistema de cosecha, se hace bianual) y la paraguaya de Benzopirenos (residuos de humo, por sistema secanza). Estos son problemas que la Argentina no tiene, y en los análisis internacionales salen.
En el plano contrario, las exportaciones, desde 2007 se registra un gran volumen de exportación. Entre 2007 y 2024 en los primeros 4 meses, el año de 2024 estuvo alrededor de 12.800 toneladas, un registro similar se dio en 2008; entre 2015 y 2023 en el primer cuatrimestre de cada año estuvo 1.500 toneladas debajo del nivel de 2024.
La pregunta que surge. ¿Hasta cuando? Si bien la provincia de Misiones logró una acuerdo con los policías, recientemente tuvo una acuerdo con docentes y personal de Salud ¿Será sostenible en el tiempo? ¿No habrá otra variable económica que haga volver todo a foja cero? ¿Las tarifas? ¿Deberá el gobierno volver a posponer los aumentos?
En los años noventa el sector yerbatero sufrió modificaciones, se enfrenta a una segunda desregulación del sector y el INYM se quedó sin potestades para fijar el valor de la materia prima y tampoco para ejercer control exhaustivos sobre los embarques de yerba canchada de los países vecinos. Yerba Libre. Estas son las consecuencias del El DNU 70/23 que eliminó la fijación de precios dos veces al año sobre la hoja verde y la canchada. Con un organismo que sigue acéfalo, una muestra de muchas áreas de la administración nacional.
El resultado de toda esta política económica, acompañada por algunas embajadas y el FMI, es la despoblación de zonas estratégicas de la Argentina. Quiebre de los pequeños productores, grandes dueños de las tierras imponiendo su ley de mercado, un Estado en retirada. Un Estado que solo organiza el flujo de importaciones para entregar mercados a los negocios externos.
En esta semana el cooperativista Seifert, le dijo al presidente: “Usted tenía razón cuando decía que el Estado todo lo que toca lo destruye, porque con el DNU 70/23 se destruyó al sector yerbatero”, “Con ese DNU, el Estado ‘tocó y destruyó’ una organización sectorial que funcionaba, generaba soluciones, crecimiento, desarrollo, estabilidad y contención social en los últimos 22 años”.
El DNU sigue vigente ¿Cuándo los diputados, que dicen representar al pueblo, van a convocar a una sesión? Sigue el reclamo del dirigente cooperativista “Además, se destruyó un ente privado con función pública de autogestión, autocontrol y autofinanciamiento. Nunca tuvo costo fiscal para el Estado”.
(*) Economista UBA, docente UNDAV (ambito.com)