En los últimos 40 años, Argentina cayó en el ranking exportador de bienes mundial del puesto 33 al 55, su peor posición desde que existe la serie. Así lo reveló un informe reciente de Marcelo Elizondo, presidente de la International Chamber of Commerce (ICC) en Argentina.
Lo que implica es que el país pasó de generar en 1983 el 0,47% total de las exportaciones mundiales al 0,27% en 2023. La medición, realizada con corte de 5 años, da cuenta de que el país sufrió caídas y recuperaciones en distintas etapas: en 2003 por ejemplo se ubicó en el puesto 52 del ranking, para en los años posteriores recuperar posiciones y se acomodó en el puesto 46 en 2013.
Comercio exterior: por qué Argentina perdió puestos como exportador
Uno de los factores que menciona el informe sobre los cambios en el ranking es la aparición de nuevos países o que otros comenzaran a figurar en los datos ya que previamente no eran exportadores relevantes, los cambios en su oferta o la aparición de información ya que algunos no la brindaban.
Entre los países que superaron a Argentina en el ranking se encuentran Irlanda, Israel, Qatar, Chile, Turquía, Tailandia, Portugal, Vietnam, Malasia, Kazajstán, Omán y Rumania.
Entre los motivos que señala Elizondo para que se diera este cambio en las posiciones de otros países, destaca el desarrollo de sectores productivos estratégicos o acuerdos internacionales de integración, todos los cuales mejoraron sus atributos competitivos. Además, desarrollaron una oferta exportable por inversión o apertura internacional múltiple y hoy comercian a través de empresas internacionalizadas que crearon condiciones locales para favorecer la salida al exterior. En conclusión, destaca, «instauraron una economía de orientación al mercado o lograron el desarrollo de relevantes actores empresariales internacionales».
Comercio exterior: de qué manera la Argentina puede recuperar sus exportaciones
De acuerdo a Elizondo, para volver a ocupar la posición que tenía hace 40 años, Argentina debería exportar más de un 55% más de lo vendido en 2023 (año signado por el impacto de la sequía). Esto sería el equivalente a unos u$s105.000 millones.
Para llegar a ese monto, Elizondo destaca una serie de mejoras esperables que pueden darse, entre los que destaca garantizar la vigencia de instituciones que aseguren derechos (de propiedad, seguridad jurídica y física, el cumplimiento de contratos y principios de legalidad para resolver controversias); recuperar el equilibrio macroeconómico y mejorar la capacidad logística.
A eso además le suma actualizar el entorno regulatorio para acompañar la innovación productiva y alentar las mejorar; crear un ambiente económico, político y productivo amigable que facilite la planificación productiva; y generar una arquitectura internacional que mejore el acceso de productos y sus empresas en mercados externos.