El exportador presentó facturas de dudosa procedencia y la Aduana frenó la exportación por la falta de trazabilidad de la mercadería.
La operatoria se responde a un ciclo problemático que la Aduana viene detectando con respecto a la comercialización de productos primarios, donde operadores sin capacidad económica realizan exportaciones y luego no liquidan las divisas correspondientes
El operativo fue realizado en el Paso Fronterizo Internacional Santo Tomé – Sao Borja.
Agentes especializados de la Dirección General de Aduanas descubrieron serias irregularidades en un exportador que había presentado facturas de dudosa procedencia para intentar vender 28 mil kg de cebollas a Brasil.
El ardid fue descubierto durante un control realizado por agentes aduaneros en Santo Tomé, en la provincia de Corrientes.
Todo comenzó durante el proceso de fiscalización de un cargamento que iba rumbo a Brasil. El operador presentó la documentación correspondiente y, tras realizar cruces de datos, la Aduana constató una falta de trazabilidad en las operaciones del exportador, que no pudo justificar en forma convincente cómo había adquirido el ajo en el mercado interno. En ese marco, se presume que la mercadería había sido adquirida en forma irregular.
Así, la Aduana descubrió que el exportador pretendía justificar la adquisición de mercaderías con facturas emitidas por contribuyentes sin capacidad económica ni financiera para ello. Asimismo, estaban registrados en actividades que nada tenían que ver con la producción agropecuaria.
La investigación llevada adelante por la Dirección General de Aduanas, además, determinó que el operador no cuenta con respaldo patrimonial, logístico, económico ni financiero para su volumen de exportaciones. Tras el descubrimiento, el organismo que dirige Guillermo Michel no autorizó la exportación e incautó las 28 toneladas de cebollas, cuyo valor se estima en USD 5.800.
Esta operatoria con productos primarios es parte de un ciclo problemático que la Aduana viene detectando: simulan operaciones y utilizan intermediarios para exportar y no liquidar debidamente las divisas obtenidas.
«La Dirección General de Aduanas viene controlando estas maniobras para que los dólares sean debidamente ingresados al país y utilizados al servicio de la producción y empleo nacionales», destacaron desde el organismo.