En el programa Punto de Vista, conducido por Sabrina Spinelli, el neurólogo infantil Amin Gauto explicó las características de la epilepsia en la infancia, sus formas de diagnóstico y las alternativas de tratamiento disponibles. Destacó la importancia de hablar del tema en medios de comunicación porque “no siempre se difunde lo suficiente y muchas veces los padres desconocen cómo se presenta una crisis”. Además, subrayó que la detección temprana permite un mejor abordaje y seguimiento médico.
El especialista detalló que la epilepsia no corresponde a una sola enfermedad. “Son muchas patologías. Es lo mismo que decir, por ejemplo, el cáncer no es una sola enfermedad. Cada tipo de cáncer es diferente en sus características, su evolución, su pronóstico. Con la epilepsia pasa exactamente lo mismo”, afirmó.

Sobre el diagnóstico, Gauto indicó que se puede realizar con tres criterios posibles. “Uno es tener una convulsión no provocada, es decir, sin una causa identificable. Otro es una convulsión no provocada más una lesión que aumente la probabilidad de volver a convulsionar. Y el tercero, una convulsión no provocada con características de síndromes epilépticos conocidos”, explicó.

En relación al tratamiento, el médico subrayó que existen diversas opciones. “En la población pediátrica, la gran mayoría de epilepsias son tratables, controlables y estables. Efectivamente, con medicación. En algunos casos tampoco hace falta incluso”, dijo. Además, mencionó alternativas como “terapias cetogénicas, cirugías para la epilepsia o la colocación de estimuladores del nervio vago”.

El especialista también brindó recomendaciones sobre cómo actuar frente a una convulsión.
Hay dos cosas que sí o sí tenemos que hacer: poner al paciente de costado y evitar los golpes durante los movimientos. Lo que no queremos es que se lastime la cabeza. Lo que no hay que hacer es tirar agua, abrazarlo fuerte o pensar que se puede tragar la lengua, porque eso no pasa”

Finalmente, Gauto advirtió sobre el impacto de las pantallas en la niñez. “Lo más afectado de las pantallas es el retraso en el lenguaje. Actualmente, se recomienda hasta los 5 años nada de pantallas, de los 5 a la adolescencia máximo una hora, y a partir de los 12 años hasta dos horas por día, siempre con supervisión”, concluyó.





