La Fundación Reto a la Vida, dirigida por el pastor Miguel Benítez, trabaja desde 1994 en la rehabilitación de personas con consumos problemáticos de Misiones. Actualmente, cuenta con centros en Eldorado, Aristóbulo del Valle y Posadas, donde atiende a más de 250 personas internadas. “Hoy estamos un poco colapsados, en Posadas tenemos 100 internos y una lista de espera de 40 personas”, afirmó Benítez en diálogo con Cadena de Noticias.
El proceso de ingreso a los centros es voluntario y se realiza mediante entrevistas semanales. “Todos los miércoles hay entrevistas. La persona tiene que venir con un familiar y tiene que querer salir adelante. No trabajamos con internaciones forzadas”, aclaró el pastor. El tratamiento incluye internación, tareas comunitarias y acompañamiento espiritual.
Según Benítez, la creciente demanda actual refleja una situación preocupante en torno al consumo.
Antes había más egresos y eso permitía que otras personas ingresen, pero hoy la gente tiene que esperar. Es triste, pero estamos viviendo un momento complicado con la adicción”.
Miguel Benítez, pastor
El centro funciona bajo un enfoque cristiano y sin costo para los internos. “Es un centro de rehabilitación gratuito donde ayudamos a chicos con problemas de adicción a la droga y el alcohol”, explicó. Para sostener el funcionamiento, se utilizan talleres ocupacionales donde los residentes aprenden oficios como panificación, carpintería, mecánica y tapicería. “Nos autosostenemos con los talleres que nosotros mismos generamos”, agregó.
En las sedes se desarrollan actividades productivas que permiten la capacitación de los internos mientras continúan su tratamiento.
Tenemos una carpintería industrial que en su momento proveyó muebles al Estado, además de fábricas de panificados en Eldorado, Aristóbulo y Posadas”.
Miguel Benítez, pastor
El programa también incluye espacios diferenciados para mujeres, madres con hijos y niñas judicializadas. “Tenemos un centro de mujeres con 50 internadas, un hogar para madres con hijos, y un hogar de niñas llamado Betesda, donde actualmente hay unas 25 niñas”, indicó. Estos dispositivos buscan dar respuesta a casos donde no solo se trata la adicción, sino también la situación social y familiar.




