Así lo consideró Mayra Arena, oriunda de Bahía Blanca, asesora política y comunicacional. En su visita al programa Cadena de Noticias que se emite por la señal de C6Digital comentó que empezó a escribir historias personales en la red social Facebook que luego se fue extendiendo a charlas y opiones sobre «cómo salir de la pobreza pero diferenciándolo de la marginalidad, que no tiene que ver con indigencia».
Explicó que la marginalidad tiene que ver con quedar apartado de todo lo que existe en la sociedad. Agregó que a los 13 años se fue de su casa. «Mi miedo era que me encuentren y me obligaran a volver a mi casa. Uno queda completamente aislado de cualquier tipo de política social o ayuda porque considera que el Estado puede hasta llegar a estar encontra de la vida propia, es como una especie de prófugo», definió.
Arena consideró que en muchas localidades puede llegar a haber más pobreza que otras pero el hecho de estar siempre a un grado de ciertas personas, siempre existe un conocido en común «y entonces es más difícil que se rompan esas redes que hacen que la vida de una persona puede llegar a desenvolverse en la marginalidad, es mucho más improbable».
La invitada describió luego cómo es el lugar donde vivía antes de irse y donde todavía reside el padre de su hijo. «Es una ranchada, sobre un terreno donde no tienen que estar, arriba de un gasoducto. En esas condiciones seguirán, no debería estar esa ranchada ahí. Se hicieron relocalizaciones varias veces pero se vuelve a ocupar y otros regresan», observó.
Para Arena, salir de ese lugar fue difícil. «Primero, concientizarme de que era pobre, cuando tuve familia, a pensar en conseguir trabajo. En un momento, cuando me lo propongo me voy pero tuve un intento fallido. Irse de la villa no te convierte automáticamente en clase media. Seguís siendo pobre. Se empieza a tener otros costos que en la villa no tenía», refirió en otro momento de la charla con el periodista Jorge Kurrle.
Destacó, además, que mucha gente que habita los asentamientos irregulares son trabajadores «y no planeros». «En esos lugares donde quizás la pobreza esté más acentuada, es más frecuente que los chicos vayan a la escuela en el turno tarde. Y pero hay chicos que van a colegios privados porque los padres hacen un esfuerzo enorme para que vayan. Es solo cuestión de ir a ver», afirmó al replicar las críticas que generalmente escucha.
En tanto, Arena indicó que se tiene que poner como objetivo resolver el tema de la pobreza. Apuntó que en términos de salud no solo se tiene que pensar en la definición tradicional «sino pensar cuánto condiciona la salud la obra pública».
Así, recordó que cuando vivía en el asentamiento concurrió a desgana a una charla de promotores de salud, quienes les informaron que como no contaban con cloacas sino con zanjones a cielo abierto, las aguas servidas se evaporaban y lo que quedaba era material fecal que se secaba y se dispersaba. «Entonces nosotros respirábamos caca. Eso, nos explicaban, generaban las enfermedades respiratorias de todos los que vivíamos ahí. Entonces ahí se mete la idea en la cabeza de que me tenía que ir con mi hijo de ese lugar», consignó Arena.
Destacó así la implementación de las políticas públicas para mejorar las condiciones de vida de sectores vulnerables. «No tener obra pública que le presta cloaca y agua potable a la gente es exponernos a la desnutrición constante, a las enfermedades constantes, a los hospitales llenos. Termina siendo más caro no hacer la política», remarcó.
Arena luego dijo que está estudiando Economía, luego de estudiar Ciencias Políticas en la Universidad pública «y mis hijos van a una escuela pública». Además, creó una Consultora en la que analiza el consumo masivo y la relación «de los sectores más pobres y vulnerables con el dinero».
