En los informes realizados desde el 2015, por el Observatorio MuMaLá «Mujeres, Disidencias y Derechos» demostró que las muertes de mujeres y Disidencias por etnias representan el 1% pero, a su vez, se registran desapariciones y hechos de violencia atroces, necesarios de relevar.
Desde el primer #NiUnaMenos (3 de junio de 2015), el Registro Nacional Femicidios, Femicidios Vinculados, Trans/Travesticidios de Mujeres de la Matria Latinoamericana, inició con perspectiva interseccional, observando y sistematizando el entrecruzamiento de opresiones que pesaban sobre las mujeres y diversidades sexuales, entendiendo que el género, la raza/etnia, discapacidad, clase social, situación de encierro, de migración y otros, fueron y aún son, factores que profundizan y multiplican las discriminaciones, violencias y vulnerabilidades.
Con el paso del tiempo, desde MuMaLá Nacional destacaron que son escasas las menciones a la pertenencia étnica de las mujeres y disidencias de pueblos originarios víctimas de femicidios. Los informes realizados en estos 8 años dieron a conocer que dichas muertes violentas en pueblos originarios representan el 1% de los femicidios, distribuidos entre las provincias de Salta (35%), Chaco (29%), Jujuy (18%), Formosa (6%), Misiones (6%) y Santa Fe (6%).
Las víctimas son más jóvenes que lo reflejado en el promedio general y la violencia sexual está presente en la mayoría de los casos. «En los cuerpos de las mujeres y disidencias originarias se multiplican las violencias así como los mecanismos en búsqueda de encubrimiento e impunidad. El 41% de las víctimas fue asesinada a golpes, constituyendo la primera modalidad utilizada para terminar con la vida de mujeres originarias», dieron a conocer desde MuMaLá Nacional.
El 35% de las víctimas estuvieron desaparecidas. Otra notable diferencia en los datos recabados fueron los mecanismos para intentar deshacerse del cadáver o encubrir el hecho: arrojadas/desechadas a basurales/ descampados/ campos, enterradas, sumergidas en cemento u otro material e incineradas, u otros. En las mujeres originarias, los femicidas utilizaron alguno de estos mecanismos en un 41% de los casos.
«Mientras que para los femicidios en general es alto el porcentaje de condenas, los femicidas de mujeres wichi, quom, guaraní, chicha y omagua warmikura sólo fueron condenados en un 40 % de los casos», expresaron.
«Con esto expresamos nuestra profunda preocupación por la persistencia y naturalización de prácticas de violencia y abuso sexual de la que son víctimas por su pertenencia étnica ( chineo ). Continuaremos exigiendo políticas de género que rompan las barreras discriminatorias para el acceso a la Justicia; efectivas, territoriales, interseccionales», detallaron desde MuMaLá Nacional.