Siguen sumándose empresarios argentinos a las inversiones en el sector forestal. Empresarios de distintos rubros ven en el bosque carbono neutro para continuar con sus negocios fuera del petróleo. Ahora se suman Biogénesis y Arcor, buscando el sello y obviamente el negocio.
Estos actores «peso pesado» de la economía argentina son muy bienvenidos al sector forestal pues traerán inversiones, nuevos aires y peso político en apoyo del mismo, algo que nunca lograron los actores propios los iniciadores: obtener políticas públicas a favor de su desarrollo.
El Grupo Sigma dueños de Biogénesis adquiere los bosques de la Shell(eucalipto) para desarrollar ganadería carbón neutro.
Arcor se suma con Papel Misionero para producir bolsas que le son necesarias para la comercialización de sus productos pero también pensando en el sello verde.
Central Puerto jugador del negocio eléctrico se suma con la compra de la empresa Masisa de capitales chilenos ubicada sur de Corrientes y norte de Entre Ríos.
Mindlin empresario de gas, petróleo y electricidad adquiere Fiplasto productor de tableros de madera y 2.500 hectáreas de plantaciones forestales.
Esto no es casual, el mundo que viene exigirá medidas a favor del ambiente, reducción de carbono emitido, sello verde qué les permita escalar aún más en sus negocios globales.
El sector forestal necesita de nuevas inversiones, necesita posicionarse cómo un sector pujante y progresista, más allá de la importancia que tiene en la lucha contra el cambio climático.
Ya no alcanza el apoyo del Estado, es necesario que el sector entienda que la salida está en inversión privada; no sólo en bosques sino también en las industrias que permitan generar empleo y divisas para el país.
Es un sector qué tiene mucho para dar.Bien gestionado da muy buenos dividendos, pero hace falta: a) asociación real, b)inversión en capacitaciones c)promoción del consumo de madera, d)agruparse para exportar aunando esfuerzos y conocimientos.
En fin salir, salir de la lógica papá estado al cual buscan para obtener ventajas subsidiados, mientras lo critican por los impuestos necesarios para financiar las mismas.
Mindlin lideró a un grupo de inversores que se quedó con el control de Fiplasto
La operación fue por Pampa Energía. El empresario y otros colaboradores y socios suyos compraron el 57% de la empresa, único productor de tableros de madera de alta densidad del país. Además de dos plantas en Ramallo, tiene 2500 hectáreas de activos forestales. Ahora, lanzarán una OPA sobre el resto de las acciones
Marcelo Mindlin encabezó un grupo de inversores que compró Fiplasto, único productor argentino de tableros de madera de alta densidad y cuyos activos, además de dos plantas industriales en Ramallo, provincia de Buenos Aires, incluyen más de 2500 hectáreas de campos forestales.
La transacción fue por fuera de Pampa Energía, el grupo integrado de generación de gas, petróleo y electricidad que preside el empresario.
Mindlin lideró al conjunto de «personas humanas», como dice el comunicado que envió Fiplasto a la Comisión Nacional de Valores (CNV), que adquirió más de 74 millones de acciones Clase B de la empresa, equivalentes al 57,2% de su capital.
En la misma nota, aclara que los vendedores «transfirieron de manera irrevocable y sin condicionamientos las acciones reseñadas, produciéndose un cambio en el control de la sociedad». En consecuencia, de acuerdo con la regulación bursátil, los compradores ahora deberán hacer una oferta pública de adquisición por la totalidad de los papeles de Fiplasto que cotizan en la Bolsa de Buenos Aires.
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En la misma nota, se explica que el precio más elevado que pagaron los compradores durante los 12 meses previos a la fecha de inicio del período durante el cual se debe realizar la OPA es de $ 44,86. Según esto, la participación adquirida ronda los $ 3300 millones. El precio promedio de las acciones de Fiplasto durante el semestre inmediatamente anterior a la fecha del anuncio de compra es de $ 48,24, agregó.
La última vez que la acción de la empresa estuvo en esos valores fue en mayo. Desde entonces, mantuvo una suba hasta los $ 66 por papel en los que cerró este jueves, $ 1 arriba que el miércoles. La capitalización bursátil de la empresa, al 13 de julio, supera los $ 8400 millones. Esto valúa al 42,8% que todavía no tienen los nuevos dueños en más de $ 2800 millones.
Fundada en 1945, Fiplasto cerró su último año fiscal, el 30 de junio del año pasado, con ingresos por $ 3837,6 millones, un 24,3% más que un año antes, y una ganancia de $ 323,97 millones, que revirtió la pérdida de $ 36,17 millones registrada a junio de 2021.
En nueve meses de su balance actual (última información disponible), los ingresos escalaron a $ 5601,62 millones, versus una cifra ajustada por inflación de $ 5279,12 millones en el período comparable del ejercicio anual anterior, con una ganancia de $ 2797,34 millones, contra una de $ 612,12 millones al 31 de marzo del año pasado.
Esa diferencia reflejó la venta, en febrero último, de tierras en Timbúes, Santa Fe, a la cooperativa Agricultores Federados Argentinos. El valor de esa transacción fue de u$s 12,8 millones. Pagados a dólar MEP, significaron un ingreso de $ 4566,92 millones.
Hasta ahora, Fiplasto le perteneció al grupo FV, también dueño de Ferrum, controlado por su familia fundadora, los Viegener. Con el anuncio del cambio de accionistas, renunciaron todos los representantes de ese holding en el directorio, que pasó a estar ocupado por los hombres de Mindlin.
Con él, figuran como compradores su hermano Damián, Gustavo Mariani (CEO de Pampa), Horacio Turri (director ejecutivo de Exploración y Producción del grupo), Ricardo Torres (ex presidente de Edenor) y otros colaboradores suyos, tanto en el grupo actual, como en Dolphin (la inversora histórica de Mindlin) y negocios anteriores del ex IRSA (Javier Douer, Carolina Sigwald y Gerardo Tabakman). Torres, ex IRSA y miembro del trío fundador de Pampa, ocupará la presidencia de Fiplasto.
También figuran etre los compradores Leandro Montero y Ciro Echesortu. Montero fue director de Administración y Finanzas de Creaurban, desarrolladora que Mindlin fusionó con Sacde, ex Iecsa, luego de que le compró ambas a Ángelo Calcaterra. En tanto, Echesortu es un ex Louis Dreyfus que hoy figura como CEO de TLG, una administradora de fondos de inversión con intereses en energía e industrias farmacéutica, financiera e inmobiliaria, y de Ceibos Group, holding con operaciones agropecuarias en Uruguay, la Argentina, Paraguay y Bolivia.
En el comunicado, se afirmó que, con la transacción, los compradores «reafirman su compromiso de invertir en el país con su mirada estratégica a largo plazo, siendo esta su primera inversión en el sector industrial maderero y forestal, recurso estratégico del país para cumplir con su compromiso de carbono-neutralidad en 2050».
Mindlin no fue el primer empresario energético en buscar este tipo de huella verde. En diciembre, Central Puerto, otro gran jugador del negocio eléctrico, adquirió los activos forestales de la chilena Masisa en el país, a cambio de u$s 70 millones.
Cronista.com