El último egreso lo había tenido en el mes de noviembre del año pasado. Ahora, con una remodelación al cien por ciento de la antigua sede, una obra que fue financiada por la Nación y contó con “mucho esfuerzo y trabajo de la comisión directiva”, están en condiciones de volver a recibir niños y adolescentes víctimas de la vulneración de sus derechos.
Lo explicaba su directora Miriam Escofet, señalando que la institución que depende de la Asociación Jardín de los Niños, cuenta con una trayectoria de 35 años. Recibe niños que envía el Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia o la Defensoría del Niño, Niña y Adolescente. Con un expediente administrativo. Y se dejará asentada toda la atención que se brinde al chico hasta su alta.
“Estamos contentos también porque hay una menor demanda, lo que quiere decir que hay un menor número e casos. Lo mejor para el niño y el adolescente es la familia, y un hogar de tránsito debe ser la última instancia a la que se deba recurrir. Cualquier persona que vea un chico en situación de vulnerabilidad debe dirigirse a la Policía, el Ministerio o la Defensoría”, detalló.